miércoles, 21 de mayo de 2014

TRÁGICA RECOGIDA DE FLORES

Cuando llegaba la primavera, María, una niña de diez años, salía con su abuela Jacinta para recoger flores al campo. Pero ese año no iba a ser como los demás ya que la abuela se había puesto muy enferma y no podrían ir juntas. Por eso María decidió que iría a recoger flores para regalárselas a la enferma Jacinta.
María salió por la tarde y se adentró en el bosque. Cuando miró atrás se dio cuenta de que se había perdido y la noche se le echó encima. De pronto escuchó aullidos y una manada de lobos la rodeó. 
Sacó de la cesta de las flores el cuchillo con el que las cortaba y luchó con los lobos, pero cada vez se acercaban más.
Ella creía que ese sería su fin; pero, de pronto, escuchó a unos hombres que venían con escopetas para rescatarla. Los lobos asustados por los disparos escaparon. María logró sobrevivir y regaló las flores a su abuela.
Adrián, 4º A

LA CAMA QUE SE MUEVE

Josefina, que vivía en una casa abandonada en el medio del monte, decidió ir a la ciudad a comprar una cama.
Entró en la tienda y se puso a buscar cuando, de pronto, vio una cama amarilla con un respaldo de madera; eligió esa, la pagó y la llevó para casa.
Ya en su sitio, mientras ella buscaba las sábanas, la cama aprovechó para moverse y alejarse de donde la había dejado.
Por la noche volvió a ocurrir. Al despertar, Josefina estaba en la calle; ella, asustada, la llevó a la tienda donde la había comprado y se la devolvió al vendedor.
Josefina no volvió a dormir en una cama, desde ese día dormía en el suelo.
Francisco, 4º A

CAMPO MÁGICO

Me parecía que me estaban observando, no estaba seguro. Miré a mi alrededor y vi un lienzo de un campo con personas; la primera vez que reparé en él, una mujer corría al lado de su hija y al fondo había una casa detrás de un árbol.
Cuando volví de comer, algo había cambiado: la niña se había ido y dejado a su madre sola que, al lado del río , lloraba.
¿Sería mi imaginación? Pronto lo descubriría.
Dos días después, la vecina que vivía a mi lado con su hija llegó llorando al pueblo por haber perdido a su hija en el río. 
¿Sería el destino?, ¿era mi cuadro mágico y premonitorio?, el tiempo lo dirá.
Rodrigo, 4ºA