miércoles, 28 de mayo de 2014

MARGARITA MARCHITA

El amor de mi vida se llamaba Margarita y vivía en Toledo; por desgracia, una tarde se despidió para siempre de mí, al mudarse sus padres por cuestiones de trabajo.
La recuerdo constantemente con su alegría y, haciendo referencia a su nombre, siempre llevaba una margarita en la coleta. El día que nos despedimos me entregó la que llevaba y yo le juré que dejaría de amarla cuando esta se muriera.
Tanto es mi amor por ella que me pasé años buscando un médico de flores para curar esa margarita marchita; por desgracia no lo conseguí, pues no existen... pero os juro que esa margarita aún sigue viva en mi interior.
Raquel, 4°A

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