Gabriel era un sabio hombre que se dedicaba a ir por el mundo en busca de cualquier planta, árbol, arbusto o flor que tuviese cualquier tipo de dolencia. Gabriel era el mejor de su profesión y siempre lograba salvar vegetación muy enferma.
Una mañana escuchó el teléfono; lo llamaban de un lugar del que nunca había oído hablar y rogaban su asistencia pues la flora del lugar se moría irremediablemente. Sin pensarlo cogió su maletín y partió.
Aquel sitio parecía estar contaminado y en principio, no sabía por qué; nunca había visto nada igual. Tras muchas pruebas dedujo que aquella desgracia había sido provocada por veneno y decidió aplicar el tratamiento correspondiente.
Finalmente aquel lugar se recuperó, pero nunca se supo qué había provocado tal enfermedad.
Adrián, 4º A
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