lunes, 12 de mayo de 2014

UN ZUMO CON SENTIDO

Iba a tomar el sol cuando tropecé con una sandalia y me caí al suelo. Súbitamente me quedé en blanco, solo me di cuenta de que mis amigos estaban intentando colocarme la rótula en el sitio ya que se me había salido.
Sentí un terrible sofoco que me causó la necesidad extrema de beber zumo de zanahoria y naranja. Recordaba ese zumo desde que era pequeña, todos los veranos mis padres nos lo traían al camping; por eso me transmitía la tranquilidad de estar con mi familia.
Agarré el cartón y empecé a beber. Noté como aquel líquido fresquísimo fluía por mi garganta y me relajaba como si me transmitiese energía y calmase el dolor. Empecé a mirar hacia el mar; mientras, el sol golpeaba mi piel y me llenaba de calor. Pronto fui encontrándome mejor y todo quedó en un gran susto ya que mi rodilla mejoró en pocos días.

Rosalía, 4ºB.

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