martes, 13 de mayo de 2014

TODO LO BUENO SE ACABA

Me despierto cansada, es domingo y no puedo esperar más. Aquel olor que viene de la cocina entra por mi nariz y llega hasta mi estómago cual abejas polinizando una bella flor de durazno.
Cuando llego a la cocina me encuentro con un enorme plato de canelones, con su salsa blanca cubriéndolos. Me llaman y no lo puedo evitar; cojo uno, y con mucho cuidado a que no se me deshaga muerdo un bocado. Lo saboreo lentamente con la falsa esperanza de que esa sensación dure toda la eternidad, noto como la pintoresca mezcla de sabores del relleno se separa de su base de pasta, cierro los ojos y no me concentro en nada más. Y cuando menos me lo espero, todo desaparece…
Todo lo bueno se acaba en algún momento.
Camila 4ºB

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