lunes, 12 de mayo de 2014

CHURRASCO, PATATAS Y COCA-COLA


Desde siempre mi comida favorita es el churrasco con patatas fritas y un vaso bien fresco de Coca-Cola. Me encanta el sabor de la carne en su punto, recién sacada de la parrilla, con una pizca de sal gorda por encima. Además me enamora ese olor y sonido que desprende la carne y los chorizos criollos cuando se están asando.
Por otro lado me encanta acompañar la carne con patatas fritas con bastante sal y con pan recién hecho. Me gusta el pan cuando aún está caliente y te quemas cuando vas a coger un trozo. 
Con esta comida, cuando tengo sed, no hay nada mejor que mojar la boca con un trago de fresca y burbujeante Coca-Cola, escuchando como saltan esas pequeñas burbujas dentro del vaso. 
Un mundo de sensaciones que se repiten en nuestras reuniones familiares y son una fuente de buenos recuerdos. 
Adrián, 4º A

COMIDA CHINA

El otro día unos amigos del barrio me propusieron ir a cenar. Acepté de buena gana, ya que hacia varios años que no nos veíamos.
Me recogieron en coche "el faco" y Juancho y me llevarían al restaurante donde estaba el resto de los colegas. Al llegar me llevé una sorpresa ya que no me esperaba que fuese un restaurante chino y la comida china no me tenía muy buena pinta. Tras charlar un poco y echarnos unas risas, decidimos sentarnos a comer.
Me pusieron el primer plato y pude ver un pequeño bollo humeante, un olor a huevo penetró en mi nariz y una nausea recorrió mi cuerpo, cogí un pequeño trozo y me lo metí en la boca. Aquello se convirtió en una masa muy pastosa que se pegaba a mis dientes y a mi paladar con un sabor que no era de mi agrado.
Tras escupir el primer plato pensé que el segundo sería más apetecible, pero no fue así; era una especie de sopa amarilla con un olor repugnante que me recordó al olor de los baños de una gasolinera. Ni se me ocurrió probarlo.
Finalmente acabamos en una hamburguesería.
Pedro, 4º C

HUEVOS CON CHORIZO Y PATATAS

     
Me levanto por la mañana y, como todos los días, primero me lavo la cara, después desayuno y por último lavo los dientes. Pero hoy me he despertado más contento, más feliz, más entusiasmado… porque es sábado y, por supuesto, no hay colegio; pero, sobre todo, porque hoy, como todos los fines de semana que mis padres y yo podemos, vamos a ir a cenar a casa de mis abuelos y voy a poder cenar esa comida que a mi tanto me gusta: huevos fritos con chorizo y patatas fritas.
Es una comida riquísima. Cuando coges el pan y tocas la yema parece como si rompieras una pared de gelatina y si le acompañas con dos o tres patatas al mismo tiempo, se produce una fiesta de sabores indescriptible.
Cuando es el turno del chorizo, lo meto en la boca solo; su sabor no se merece ser mezclado con ningún otro. Nada estaría a la altura.
Al acabar de cenar me voy a la cama con la barriga llena y con un buen sabor en el paladar, pero ya estoy deseando que llegue el próximo sábado para volver y repetir ese manjar.
Enrique, 4ºB

UN ZUMO CON SENTIDO

Iba a tomar el sol cuando tropecé con una sandalia y me caí al suelo. Súbitamente me quedé en blanco, solo me di cuenta de que mis amigos estaban intentando colocarme la rótula en el sitio ya que se me había salido.
Sentí un terrible sofoco que me causó la necesidad extrema de beber zumo de zanahoria y naranja. Recordaba ese zumo desde que era pequeña, todos los veranos mis padres nos lo traían al camping; por eso me transmitía la tranquilidad de estar con mi familia.
Agarré el cartón y empecé a beber. Noté como aquel líquido fresquísimo fluía por mi garganta y me relajaba como si me transmitiese energía y calmase el dolor. Empecé a mirar hacia el mar; mientras, el sol golpeaba mi piel y me llenaba de calor. Pronto fui encontrándome mejor y todo quedó en un gran susto ya que mi rodilla mejoró en pocos días.

Rosalía, 4ºB.