miércoles, 7 de mayo de 2014

MI MUÑECA TIENE VIDA

Mi habitación está apenas amueblada y decorada. Tiene un armario, un escritorio con su silla y la cama.
El único adorno era una muñeca que tenía desde los tres años, y digo era porque me he deshecho de ella.
Una noche de sábado que me encontraba sola en el salón de mi casa empecé a escuchar ruidos en la planta de arriba. Aún no sé por qué subí a ver lo que los provocaba, pero cuando abrí la puerta de mi cuarto, encontré mi colchón destrozado y mi armario y escritorio rotos. Y en la esquina del cuarto mi muñeca riéndose diabólicamente con un hacha en la mano.
No me puedo creer que haya dormido tantas veces abrazada a ella y no haberme dado cuenta de que un día podría haber hecho algo así. Estoy desconcertada y asustada.
Teresa, 4ºA


MIENTRAS DORMIMOS

Eran las 2 de la mañana cuando, al entrar en casa, vi que en la cocina pasaba algo extraño: las cucharas, los tenedores, los vasos y la cuchillos estaban bailando y no paraban; se movían al ritmo de la música de la tele, que también estaba encendida y en el canal de los cuarenta principales.
Ya eran las 4 y yo seguía allí observando hasta que, de pronto, apareció por allí la batidora. Tenía que ser la jefa de todos los demás porque, cuando ella apareció, las otras cosas pararon. La tele quedó en silencio y la batidora empezó a hablar. 
Me pareció raro ver aquello todo y me fui a descansar. Al día siguiente todo estaba en orden no faltaba nada.
Francisco, 4ªA

LA APLICACIÓN MISTERIOSA...

Andaba jugueteando con el móvil, cuando encontré una aplicación que hacía que todos los aparatos electrónicos cobraran vida por la noche.
Me reí un poco al principio, pero descargué la aplicación para ver qué tontería podía hacer. Era curioso, ponía que había que activarla a las doce de la noche, ni un minuto antes ni uno después. Además había que irse a dormir una hora y luego, al despertarse, todos los aparatos electrónicos tendrían vida.
Le hice caso y al despertarme vi como todo lo electrónico cobraba vida. No me lo creía, mi móvil ponía canciones aleatorias cada cinco segundos, la tele se encendía y se apagaba sola; fue tal la impresión que me desmayé. 
Al despertarme por la mañana todo estaba tranquilo y decidí no contar lo sucedido y llevarme ese secreto a la tumba. 
Maikel, 4ºA

PELUCHES ANIMADOS

Por las noches siempre pasaba mucho miedo, así que, cuando me iba a dormir, después de las "buenas noches Marta" de mi madre, me abrazaba a mi osito de peluche rosa y me ponía alrededor el resto de los peluches que tenía; sentía que ellos me protegían.
Un día, al llegar del colegio, me di cuenta de que estaban desordenados, no como los había dejado por la mañana, pero no hice caso.
A la mañana siguiente, cuando volví a recoger la chaqueta que se me había olvidado, los encontré a todos corriendo y riéndose entre ellos. Como no se dieron cuenta de mi presencia, decidí olvidar lo que había visto.
Marta, 4º B