martes, 6 de mayo de 2014

AMIGAS DE PAPEL

Samantha tendría unos doce años cuando su familia y ella se mudaron a las afueras de la ciudad. Sus padres sabían que ella no era muy sociable y tenía un carácter especial, así que no se sorprendieron de la actitud impasible que su hija mostró ante el cambio.
Con "carácter especial" se referían a que apenas se comunicaba con los demás, aunque muchas veces la oían hablar e incluso gritar sola en su cuarto, pero no le daban mayor importancia.
Lo cierto, es que conocían bastante bien a su hija a pesar de su actitud, pero lo que ellos no sabían era lo que ocurría mientras dormían. Cuando las luces de la casa se apagaban y el silencio, tan solo interrumpido por el sonido del ventilador de la nevera y algún crujido del suelo, se adueñaba de la noche, el diario de Samantha cobraba vida.
Las manchas de humedad de las tapas del libro se transformaban en los rasgos de la cara de una niña, Samantha sonreía mientras hablaba con ella y sus palabras se plasmaban mágicamente en las hojas del diario. Cuando las primeras luces de la mañana se colaban en la habitación, la niña del libro desaparecía y las marcas de humedad regresaban, asimismo, las hojas se quedaban en blanco, pero sólo para las miradas indiscretas. 
Alba, 4B

1 comentario:

  1. Me gusta como maneja el lenguaje, es ameno y original. El titulo me pareció muy acertado.

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