martes, 6 de mayo de 2014

¡NADA ES LO QUE PARECE!

Era sábado por la mañana, el despertador sonó y, como todos los fines de semana, Ana y su hermana tenían que ir a casa de sus abuelos.
Era un sábado normal, común y corriente, salvo por el pequeño detalle de que Ana tenía un mal presentimiento… Últimamente en su ciudad y en su zona más aún, se habían producido numerosos robos. Ana decidió activar la alarma y la cámara de seguridad para poder ver lo que ocurría en su casa mientras ella estaba ausente.
El fin de semana transcurrió normal y la alarma no saltó, pero al revisar las cintas, Ana se llevó una sorpresa. Todos los objetos sin vida de su casa, durante todo el fin de semana, cobraron vida. Ana pudo observar en la cinta que sus libros ahora miraban la tele y que su vajilla tomaba el sol por la terraza.
Ana se lo contó a sus amigos pero estos no la creyeron, incluso su hermana la tomó por loca. Intentó enseñarles las cintas de vídeo, pero misteriosamente habían desaparecido. Ana acabó en un psiquiátrico con la certeza de que… ¡Nada es lo que parece!
Camila, 4ºB

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